¿QUE PASA CUANDO MORIMOS?
Cuando estaba preparando mi viaje a Asia por tierra desde Inglaterra, me di cuenta que necesitaba vacunas contra varias enfermedades que estaban extendidas en la India y otros países que yo planeaba visitar. El doctor me advirtió que no tomara alcohol por lo menos 24 horas después de administrame las vacunas. Esa misma noche, hice algo realmente estupido: no seguí el consejo del doctor. Ahora puedo decir que después de ser cristiano hace 29 años, soy más sabio que lo que solía ser. Mi adolescencia y juventud estuvieron llenas de malas decisiones. Yo fumaba marihuana, de manera que una noche sin ninguna sustancia para estimularme, sencillamente no era una noche de diversión. Ya yo había planeado mi noche antes de ir a ver al doctor. Estaba reunido con mis amigos quienes se reunieron para despedirme con un trago en un bar local antes de mi viaje a través de Europa y Asia.
Debido a la advertencia del doctor, antes de salir, me dije a mi mismo que no tomaría. Una decisión sabia, pero seguro que un poquito hashish (una especie de marihuana) no me haría daño. Me tomó tiempo fumar el hash que tenia así que fui y comí y caminé al bar para encontrarme con mis amigos. Tan pronto como llegué, mis amigos compraron cerveza. Yo razoné que si solamente me tomaba una, seguro que ese poquito no me haría ningún daño. Además, yo no quería ser grosero con mis amigos. Estoy seguro que el poder de razonamiento estaba afectado por el hash que había consumido. Tan pronto como me tomé la cerveza, empecé a perder el dominio sobre la realidad. No podía controlar lo que estaba pasando dentro de mí. La cantidad de hashish que había consumido, sumado al alcohol, parecían ser demasiado para mi sistema debido a las vacunas que había recibido, y empecé a pensar en cuanto a la advertencia del doctor. Salí del bar sabiendo que algo terrible me estaba pasando. Resolví irme para el apartamento. De alguna manera estaba consciente de que estaba cerca de la muerte. Mientras descansaba en el sofá, algo raro pasó, algo que cambió todo en lo que yo había creído hasta entonces. Realmente había dejado mi cuerpo y estaba flotando paralelo al techo al otro lado del cuarto mirando hacia abajo, donde estaba mi cuerpo. No fue una visión o un sueño, fue la realidad. Mi cuerpo estaba en el sofá, pero yo no estaba en él.
Empecé a clamarle a Dios que tuviera misericordia de mí. Yo no creía en Dios pero de repente estaba orando como si no hubiera mañana y el mañana estuviera en la balanza! Mi creencia era que cuando tú estás muerto tú estás muerto. Pero mi teología cambió de repente. Yo estaba clamándole a un Dios en el que yo no creía. Le prometí que si El me dejaba vivir yo le daría mi vida; yo haría cualquier cosa que El quisiera. La vida llegó a ser muy preciosa y no estaba seguro a donde iría si esta experiencia era el final. De repente la experiencia se acabó y estaba de regreso en mi cuerpo, vivo por la gracia de Dios.
Pregunta inicial: Alguna vez ha tenido una experiencia cercana a la muerte, o ha tenido que decirle adiós a alguien cercano?
La experiencia de la muerte
Mi roce con la muerte fue algo que cambió mi vida. Aunque yo le había prometido entregar mi vida a Cristo, al día siguiente negué mi promesa porque no tenía entendimiento de quien era Dios o de cómo encontrarlo. Todo lo que yo sabía en ese momento era que había algo más allá de la vida en este planeta. Estaba consciente de que la vida no estaba limitada a este cuerpo de carne. Empecé a leer sobre la muerte y el más allá. Recuerdo que fui a una iglesia espiritualista pero no fui capaz de creer en lo que ellos creían. Dios fue muy fiel en protegerme del ocultismo. Por esos días, encontré un libro escrito por un doctor que había resucitado algunos de sus pacientes de experiencias cercanas a la muerte. El libro se llamaba La Vida después de la Vida, por el doctor Raymond A. Moody, MD. A partir de los años 70, varios avances médicos permitieron que más y más personas empezaran a sobrevivir accidentes en los que normalmente habrían muerto. Algunos de sus pacientes le relataron sus experiencias más allá de la muerte.
El doctor Moody estaba tan intrigado con el tema que empezó a hablar con otros doctores, y finalmente acumuló más de 150 casos de personas que habían regresado después de morir. Muchas de sus historias se encuentran en este libro. Hay una similitud sorprendente en las historias que estas 150 personas compartieron. En base a esta similitud él puso una situación breve, teóricamente típica de lo de lo que alguien experimentaría al borde de la muerte.
“Un hombre está muriendo. Cuando alcanza el punto de la tensión física más fuerte, escucha que el doctor lo declara muerto. Empieza a escuchar un ruido incómodo, un timbrazo alto, y al mismo tiempo siente que se mueve rápidamente a través de un túnel oscuro. Repentinamente se encuentra fuera de su propio cuerpo, pero todavía en lugar físico, ve su propio cuerpo a distancia, como si fuera un espectador. Observa el intento de resucitación en un estado de trastorno emocional.
Después de un rato, se recupera y se acostumbra a su rara condición. Nota que todavía tiene un “cuerpo”, pero de una naturaleza diferente con poderes diferentes del cuerpo físico que dejó atrás. Pronto, otras cosas empiezan a ocurrir. Otros vienen a encontrarse con él y lo ayudan. Vislumbra los espíritus de familiares y amigos que ya han muerto, y un espíritu amoroso y cálido que él nunca ha conocido antes –un ser de luz—aparece delante de él. Este ser le hace una pregunta, sin hablar, le hace evaluar su vida y le ayuda mostrándole un panorama, con los principales eventos de su vida. En algún punto se encuentra acercándose a alguna barrera o borde, aparentemente representando el límite entre la vida terrenal y la próxima vida. Sin embargo, se da cuenta que debe regresar a la tierra, de que el tiempo de su muerte no ha llegado. En este punto, él se resiste, porque ahora con estas experiencias después de la muerte, no quiere regresar. Está abrumado con la intensidad de los sentimientos de gozo, amor y paz. A pesar de su actitud, sin embargo, se reúne con su cuerpo físico y revive.
El trata de relatar sus experiencias a otros, pero le cuesta hacerlo. En primer lugar, no encuentra las palabras adecuadas para describir estos episodios que no son terrenales. También se da cuenta que la gente se burla, entonces deja de hablarle a otros, sin embargo, los efectos de la experiencia afectan su vida profundamente, especialmente sus puntos de vista en cuanto a la muerte y su relación con la vida.”
Yo no se si Raymond Moody era cristiano en el momento en que escribió el libro, o si tenia otras creencias espirituales. El no especifica si estas personas que comparten estas experiencias eran personas de fe. Algunos de ellos lo eran, pero este no fue el propósito de este libro. Fue sencillamente observar la experiencia de la muerte en el momento de partir. Hay dos cosas que son claras para mi: Una, que todas estas personas no estaban listas para morir, y Dos: que estas personas fueron impactadas de una manera profunda por el resto de sus vidas debido a su experiencias cercanas de cercanía a la muerte. Yo creo que el autor mismo fue transformado por las historias que escuchó, y él mismo lo menciona.
Es importante que entendamos el tema de la eternidad. No podemos llegar a ser discípulos maduros en Cristo hasta que no aprendemos esta verdad fundamental de lo que nos pasa después de que nuestra vida en este planeta se acaba.
Por eso, dejando a un lado las enseñanzas elementales acerca de Cristo, avancemos hacia la madurez. No volvamos a poner los fundamentos, tales como el arrepentimiento de las obras que conducen a la muerte, la fe en Dios la instrucción sobre bautismos, la imposición de manos, la resurrección de los muertos y el juicio eterno. (Hebreos 6:1-2, el énfasis es mío)
El autor de la carta a los Hebreos nos instruye que hay enseñanzas elementales que deben servir como fundamento para llegar a la madurez espiritual. Estudiaremos dos de estas enseñanzas durante las próximas dos semanas. Si ustedes las practican y las ponen en su corazón, como dicen las Escrituras, les ayudarán a avanzar hacia la madurez en Cristo. Algunas de estas cosas serán “pesadas” pero miraremos lo que Jesús enseñó en cuanto al infierno y al cielo. Jesús hizo muchas referencias a la vida después de la muerte, y es imperativo que miremos el cuadro completo para obtener un entendimiento completo si vamos a abrazar las enseñanzas de Cristo en esta área y prepararnos para el Juicio que las Escrituras anuncian.
Jesús no tuvo ningún problema en hablar de la muerte, del juicio, del cielo, y del infierno. Muchos no están dispuestos a mencionar estas cosas porque vivimos en una cultura donde reina el materialismo. Creemos en lo que podemos ver y tocar, y las cosas que no pueden ser medidas, pesadas, tocadas o vistas, son consideradas sospechosas; ¿cómo podemos creer en lo que no vemos? Jesús vivió su vida de una manera diferente. El nos reta a abrir nuestros ojos espirituales y ver los tesoros de la vida que nos espera. La eternidad es difícil de comprender porque vivimos en este estado temporal y en estos cuerpos temporales. Es fácil distraernos del panorama más grande y dejarnos hipnotizar con la mundanalidad en esta vida.
Si pudiéramos ver claramente y saber sin sombra de duda que estamos viviendo esta vida en preparación para la próxima, este conocimiento alteraría radicalmente nuestras decisiones; seriamos más prudentes al considerar nuestras elecciones, tomaríamos tiempo para marcar una diferencia no sólo en nuestras vidas sino en las vidas de quienes nos rodean. Esta vida solamente dura un instante comparada con la eternidad.
Stephen Hawking dijo: “La eternidad es un tiempo muy largo, especialmente hacia el final.” Eternity is a very long time, especially towards the end."
Por favor oremos antes de terminar el resto del estudio:
“Señor, ¿podrías abrir nuestros ojos al mundo que está más allá de esta puerta llamada Muerte? Enséñanos más en cuanto a ti mismo y tu Reino. Amen.”
¿Nos enseña la Biblia que el alma duerme?
Algunos creen que cuando un creyente muere, su alma duerme y él está inconsciente hasta el día del rapto de la iglesia, cuando Jesús vuelva. Estas personas se fundamentan en algunos pasajes de la Biblia en donde Jesús se refiere a la muerte para un cristiano como “estar dormido.” Cuando Jesús levantó a Lázaro de la muerte, deliberadamente esperó dos días antes de salir para la tumba (San Juan 11:6). ¿Se ha preguntado alguna vez por qué Jesús esperó para ir a Jerusalén a resucitar a Lázaro? Tradicionalmente, los judíos creían que el alma de una persona podía flotar alrededor del cuerpo hasta dos días después de la muerte. Jesús deliberadamente esperó, de manera que pudiera probar a los incrédulos que El tenía autoridad sobre la muerte. Lázaro no estaba durmiendo en la tumba, estaba muerto.
Dicho esto, añadió: Nuestro amigo Lázaro duerme, pero voy a despertarlo. 12 Señor respondieron sus discípulos, si duerme, es que va a recuperarse. 13 Jesús les hablaba de la muerte de Lázaro, pero sus discípulos pensaron que se refería al sueño natural. (Juan 11:11-13)
Entonces Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera; 26 y todo el que vive y cree en mí no morirá jamás. ¿Crees esto? (Juan 11: 25-26)
Jesús también se refirió a la muerte como a dormir cuando resucitó a la hija de Jairo:
49 Todavía estaba hablando Jesús, cuando alguien llegó de la casa de Jairo, jefe de la sinagoga, para decirle: Tu hija ha muerto. No molestes más al Maestro. 50 Al oír esto, Jesús le dijo a Jairo: No tengas miedo; cree nada más, y ella será sanada. 51 Cuando llegó a la casa de Jairo, no dejó que nadie entrara con él, excepto Pedro, Juan y *Jacobo, y el padre y la madre de la niña.52 Todos estaban llorando, muy afligidos por ella. Dejen de llorar —les dijo Jesús—. No está muerta sino dormida. 53 Entonces ellos empezaron a burlarse de él porque sabían que estaba muerta.54 Pero él la tomó de la mano y le dijo:
¡Niña, levántate!
Recobró la vida y al instante se levantó. Jesús mandó darle de comer.56 Los padres se quedaron atónitos, pero él les advirtió que no contaran a nadie lo que había sucedido. (Lucas 8:49-56, el énfasis es mío)
Hay varios pasajes de las Escrituras que rechazan de forma explicita la falsa enseñanza de la dormición del alma:
1. Génesis 35:18 “Y aconteció que al salírsele el alma (pues murió), llamó su nombre Benoni;[a] mas su padre lo llamó Benjamín” Aquí vemos que el alma de Raquel no de hundió en la inconciencia, sino que se marchó a otro lugar.
2. Lucas 16:19-31 19 »Había un hombre rico que se vestía lujosamente[a] y daba espléndidos banquetes todos los días.20 A la puerta de su casa se tendía un mendigo llamado Lázaro, que estaba cubierto de llagas21 y que hubiera querido llenarse el estómago con lo que caía de la mesa del rico. Hasta los perros se acercaban y le lamían las llagas.
22 »Resulta que murió el mendigo, y los ángeles se lo llevaron para que estuviera al lado de Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron.23 En el infierno,[b] en medio de sus tormentos, el rico levantó los ojos y vio de lejos a Abraham, y a Lázaro junto a él.24 Así que alzó la voz y lo llamó: "Padre Abraham, ten compasión de mí y manda a Lázaro que moje la punta del dedo en agua y me refresque la lengua, porque estoy sufriendo mucho en este fuego." 25 Pero Abraham le contestó: "Hijo, recuerda que durante tu vida te fue muy bien, mientras que a Lázaro le fue muy mal; pero ahora a él le toca recibir consuelo aquí, y a ti, sufrir terriblemente.26 Además de eso, hay un gran abismo entre nosotros y ustedes, de modo que los que quieren pasar de aquí para allá no pueden, ni tampoco pueden los de allá para acá."
27 »Él respondió: "Entonces te ruego, padre, que mandes a Lázaro a la casa de mi padre,28 para que advierta a mis cinco hermanos y no vengan ellos también a este lugar de tormento." 29 Pero Abraham le contestó: "Ya tienen a Moisés y a los profetas; ¡que les hagan caso a ellos!" 30 "No les harán caso, padre Abraham —replicó el rico—; en cambio, si se les presentara uno de entre los muertos, entonces sí se *arrepentirían." 31 Abraham le dijo: "Si no les hacen caso a Moisés y a los profetas, tampoco se convencerán aunque alguien se *levante de entre los muertos." Cuando murieron Lázaro y el hombre rico, las almas de ambos siguieron existiendo de manera consciente. El hombre rico podía ver, oír, hablar y sentir en el hades.
3. Lucas 23:39-43 39 Uno de los criminales allí colgados empezó a insultarlo:
— ¿No eres tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y a nosotros!
40 Pero el otro criminal lo reprendió:
¿Ni siquiera temor de Dios tienes, aunque sufres la misma condena?41 En nuestro caso, el castigo es justo, pues sufrimos lo que merecen nuestros delitos; éste, en cambio, no ha hecho nada malo.
42 Luego dijo:
Jesús, acuérdate de mí cuando vengas en tu reino.
43 —Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso —le contestó Jesús.
4. Hechos 7: 56, 59-60 —y dijo: He aquí, veo los cielos abiertos, y al Hijo del Hombre que está a la diestra de Dios ¡Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu.
Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: Señor, no les tomes en cuenta este pecado. Y habiendo dicho esto, durmió.
5. 2 de Corintios 5:8 Así que nos mantenemos confiados, y preferiríamos ausentarnos de este cuerpo y vivir junto al Señor.
6. Filipenses 1:23 Me siento presionado por dos posibilidades: deseo partir y estar con Cristo, que es muchísimo mejor,
7. Mateo 17:1-3 Seis días después, Jesús tomó consigo a Pedro, a *Jacobo y a Juan, el hermano de Jacobo, y los llevó aparte, a una montaña alta.2 Allí se transfiguró en presencia de ellos; su rostro resplandeció como el sol, y su ropa se volvió blanca como la luz.3 En esto, se les aparecieron Moisés y Elías conversando con Jesús.
Pregunta: ¿Qué podemos aprender de estos pasajes?
El creyente en Cristo nunca está muerto; él está separado de su cuerpo, en un estado que Jesús llama “dormir.” Cuando Jesús tomó la mano de la niña y le dijo que se levantara, su espíritu retornó. ¿Dónde había estado esta niña? Su cuerpo estaba muerto pero la persona real estaba viva, su espíritu, estaba en alguna otra parte, ¿No le gustaría saber lo que ella experimentó? Una persona está solamente muerta, de acuerdo al Señor Jesús, cuando no ha entrado en una relación con Cristo.
En el Antiguo Testamento en 1 de Reyes 17:17, un niño pequeño dejó de respirar (traducción de la NVI). En el hebreo literalmente dice que su alma (Heb “nephesh”) salió. En el versículo 22 del mismo pasaje nos dice que la vida del niño retornó a él después de la oración de Elijah. La palabra Hebrea usada es “nephesh,” literalmente que el alma del niño retornó.
Cuando un hombre quería seguir a Jesús pero primero quería asistir al funeral de su padre, Jesús dijo, La gente que está muerta no puede preparar funerales. Lo que Cristo quiso decir fue que los espiritualmente muertos debían atender a las necesidades de los muertos (en este caso el funeral); lo más importante era seguir a Cristo. Pablo, al escribir a la iglesia en Efesos, les dijo que en algún tiempo ellos
“A ustedes les dio vida cuando aún estaban muertos en sus delitos y pecados” “Nos dio vida junto con Cristo, aun cuando estábamos muertos en nuestros pecados (la gracia de Dios los ha salvado!” (Efesios 2:1,5).
En un funeral enterramos algo, no alguien; es la casa, no el arrendatario lo que se baja a la tierra. Verna Wright.
“De hecho, sabemos que si esta tienda de campaña en que vivimos se deshace, tenemos de Dios, un edificio, una casa eterna en el cielo, no construida por manos humanas” (2 Corintios 5:1).
“Mucho valor tiene a los ojos del Señor la muerte de sus fieles.” (Salmo 116:15)
¿Por qué estaría Dios contento con la muerte de su gente, si lo que ocurre es que nos quedamos dormidos?
¿Hay un lugar intermedio para aquellos que no son suficientemente buenos?
¿Por qué guardaría la Biblia silencio en cuanto a un lugar intermedio llamado purgatorio?
De acuerdo a la Enciclopedia Católica, purgatorio es “un lugar o condición de castigo temporal para aquellos quienes saliendo de esta vida en la gracia de Dios, no están completamente libres de sus culpas veniales, o no han pagado completamente la debida cuenta que deben de sus transgresiones,” Para resumir, según la teología católica, purgatorio es un lugar al que el alma del cristiano va después de la muerte para ser limpiado de los pecados que no han sido completamente saldados en esta vida.
¿Está la doctrina del purgatorio de acuerdo con la Biblia? Absolutamente no! Jesús murió para pagar por el castigo de todos nuestros pecados:
Romanos 5:8 “Pero Dios demuestra su amor por nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Isaías 53:5 “El fue traspasado por nuestras rebeliones, y molido por nuestras iniquidades; sobre el recayó el castigo, precio de nuestra paz y gracias a sus heridas fuimos sanados.”
1 de Juan 2:2 “Él es el sacrificio por el perdón de nuestros pecados, y no sólo por los nuestros sino por los de todo el mundo. “
Hebreos 10:14 “Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando.”
Jesús sufrió por nuestros pecados de manera que pudiéramos ser libres del sufrimiento. Decir que nosotros debemos también sufrir por nuestros pecados es decir que el sufrimiento de Jesús fue insuficiente. Decir que debemos pagar por nuestros pecados a través del purgatorio es negar la suficiencia del sacrificio que Jesús pagó. La idea de que debemos sufrir por nuestros pecados después de la muerte es contraria a todo lo que la Biblia dice en cuanto a la salvación.
¿Hay alguien que logre ver el cielo antes de morir?
Algunas veces, cuando la gente está muriendo, hay un momento en el que pueden ver ambos mundos: la tierra y el cielo. Unas cuantas horas antes de su muerte, el evangelista Dwight L. Moody, pudo vislumbrar la gloria que lo esperaba. Despertándose de su sueño, dijo:
"La tierra retrocede, el cielo se abre ante mi. Si esta es la muerte, es dulce! No hay valles aquí. “Dios me está llamando y yo debo ir.” Su hijo quien estaba de pie al lado de su cama, le dijo, "No, no padre, usted esta soñando." "No," dijo el señor Moody, "Yo no estoy soñando, yo he estado a la entrada; he visto las caras de los niños." Después de un rato, vino lo que su familia deifinió como la lucha de la muerte; él habló otra vez: “Este es mi triunfo, este es el día de mi coronación! Es glorioso!"
Algunos dirían que Moody estaba soñando, pero la Escritura nos cuenta sobre alguien que también vio dos mundos en el umbral de la muerte, estamos hablando de Esteban. El siguiente pasaje narra lo que sucedió antes de que él compartiera el evangelio con algunas personas que perseguían a los cristianos:
Al oír esto, rechinando los dientes montaron en cólera contra él. Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, fijó la mirada en el cielo y vió la gloria de Dios, y a Jesús de pie a la derecha de Dios.
¡Veo el cielo abierto —exclamó—, y al Hijo del hombre de pie a la derecha de Dios!
Entonces, gritando a voz en cuello, se taparon los oídos y se avalanzaron sobre él y lo sacaron a empellones fuera de la ciudad y comenzaron a apedrearlo. Los acusadores le encargaron sus mantos a un joven llamado Saulo. Mientras lo apedreaban, Esteban oraba.
Señor Jesús —decía—, recibe mi espíritu. Luego cayó de rodillas y gritó:
¡Señor, no les tomes en cuenta este pecado!
Cuando hubo dicho esto, murió” (Hechos 7:54-60, El énfasis es mío)
¿Podemos creer en verdad que después de ver a Jesús parado para recibirlo a él, Esteban, el hombre de Dios, cayó entonces en un sueño inconsciente? Dios no es el Dios de los que están dormidos! Estamos separados de nuestro cuerpo en la tumba, pero cada uno de nosotros vive más allá de la muerte. Yo creo que la Escritura nos enseña que la eternidad empieza para cada uno de nosotros en el momento de la muerte.
Víctor Hugo una vez escribió: Cuando yo vaya a la sepultura, podré decir como muchos otros: He terminado mi trabajo, pero no podré decir que he terminado mi vida. El día de mi trabajo empezará a la mañana siguiente. Mi tumba no es un callejón ciego. Es una avenida principal. Se cierra en el atardecer para abrirse al alba.
Ruth Graham Bell en su libro, Legacy of a Pack Rat habla de una historia verídica de la abuela del Pastor Humphrey Armistead of Montreat, North Carolina:
“El cuarto estaba en silencio y en penumbra. La anciana acostada entre las almohadas escuchaba mientras su hijo Robert, hablaba de la familia, sus amigos, y otras cosas de interés para ella. Ella esperaba con ilusión estas visitas diarias. Madison, donde el vivía, no estaba lejos de Nashville, y Robert pasaba tanto tiempo con su madre como podía, sabiendo lo enferma que estaba, cada visita podría ser la ultima. Mientras él hablaba, sus ojos miraron cada detalle de su cara amorosa, cada línea- y había más líneas que curvas ahora – el cabello blanco, el cansancio de ojos que eran todavía amorosos. Cuando llegaba el momento de marcharse, él la besaba con delicadeza en la frente, asegurándole que regresaría al día siguiente. De regreso a su casa en Madison, encontró a Robin su hijo de 17 años, enfermo con una fiebre extraña. En los próximos días su tiempo se dividió entre su hijo y su madre. El no le dijo a su madre de la enfermedad de Robin. El era su segundo nieto mayor-su orgullo y el gozo de su vida. Repentinamente Robin murió. Su muerte golpeó tanto a la comunidad como a su familia. Todo pasó tan rápido y 17 años era una edad demasiado joven para morir.
Tan pronto como el funeral terminó, el señor Armistead corrió a la cama de su madre, orando para que ella no se enterara de que acababa de enterrar a su hijo mayor. Sería más de lo que su madre podía resistir en su condición. El doctor estaba en el cuarto cuando él entró. Su madre estaba acostada con los ojos cerrados. “está en coma" dijo el doctor. El sabía la presión bajo la que este hombre se encontraba: sus visitas fieles a su madre, la muerte de su hijo, el funeral del que acababa de regresar.... El doctor puso su mano en el hombro del señor Armistead para manifestarle su solidaridad sin decir palabra. "Sólo junto a ella," dijo, y se marchó. Al Armistead le dolía el corazón mientras permanecía sentado y anochecía. Prendió la lámpara de la mesita al lado de la cama para iluminar el cuarto. De pronto ella abrió los ojos y recorrió la habitación con la mirada, puso su mano en la rodilla de su hijo. "Bob..." dijo con voz amorosa –y cayó en coma otra vez. Cuidadosamente el señor Armistead se incorporó, su mano sobre las de ella, sus ojos sobre el rostro de su madre. Después de un rato hubo un ligero movimiento en la almohada. Los ojos de su madre estaban abiertos otra vez con una mirada lejana, como si ella estuviera mirando más allá del cuarto. Una mirada de asombro se dibujó en su cara. "Veo a Jesús," exclamo añadiendo, "allí esta papá y mamá....y Robby! Yo no sabia que Robby había muerto." Su mano golpeó la rodilla de su hijo gentilmente. "Pobre Bob...," dijo ella suavemente y se fué.
¿Cómo podría ella haber sabido que Robby había muerto, si no lo hubiera visto? Ella lo vió mientras dejaba su cuerpo terrenal. ¡La muerte es el día de graduación!
“Mucho valor tiene ante los ojos del SEÑOR la muerte de sus fieles. (Salmo 116:15)
Oración: “Señor, ayúdanos a vivir nuestras vidas diariamente con el conocimiento de que un día te veremos, y ayúdanos a usar el tiempo que nos has dado para alistarnos para la eternidad. Danos ojos para ver lo que es verdaderamente importante mientras esperamos con anticipación la vida que viene.
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